Decoloración inexplicable, formación rápida de pátina, cuero seco, colores desteñidos... ¿lo sabías? De repente ahí está el problema en tu bolso favorito. ¿Pero qué pasó? ¡Estaba simplemente en el armario!
En los últimos años, los vestidores se han convertido en un auténtico revuelo. Vestidos, bolsos y accesorios se presentan con cariño y decoración, casi como en nuestras queridas tiendas de lujo. Además de las arrugas del cuero y la pérdida de estabilidad dimensional, el mayor enemigo de su bolso es la luz ultravioleta del sol, que destruye los enlaces químicos de los pigmentos de color y reduce así la intensidad del color. Se puede considerar como una quemadura solar al revés: los rayos ultravioleta se absorben y luego percibimos que se desvanecen.
La luz ultravioleta envejece el cuero más rápido, provocando que se seque y se vuelva poroso. A diferencia de nuestra piel, que reemplaza las células muertas por otras nuevas, el cuero no puede regenerarse. Si el cuero ya es quebradizo o poroso, incluso el mejor cuidado del cuero llega a sus límites y sólo puede ayudar de forma limitada. Eso casi suena a historia de terror, ¿verdad?
¿Qué significa esto para nosotros? A menudo se pasa por alto la ventana de la habitación donde se encuentra el armario abierto. Esto permite que la luz ultravioleta penetre sin obstáculos y haga que nuestros queridos tesoros envejezcan, se decoloren, se desvanezcan y se sequen.
Para evitarlo, recomiendo aplicar películas protectoras contra los rayos UV en los cristales de las ventanas. Con sólo unos euros y un poco de tiempo, la persecución se acabará rápidamente y podrás volver a disfrutar de tus tesoros sin preocupaciones.